Nuevo sistema contemplado en el RIPCI: Protección Contra Incendios con Aerosoles Condensados

El sistema de extinción mediante aerosoles condensados está indicado en centros de telecomunicaciones, salas de máquinas marítimas, estaciones repetidoras, almacenamiento de líquido inflamable y/o material peligroso, centros de procesamiento de datos y aquellos que conllevan un considerable riesgo industrial. Por Antonio Sánchez de la Fuente, Comité Sistemas Fijos. Tecnifuego



 

Publicado:
09-04-2019

Desde la entrada en vigor del nuevo Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios (RIPCI) el pasado diciembre de 2017, la extinción por aerosoles condensados se encuentra dentro de las opciones para poder proteger un riesgo*, al igual que lo son, entre otros, los sistemas por agentes gaseosos, gases inertes o agua nebulizada (que también es incluida por primera vez en el RIPCI).



Así, el RIPCI introduce en España este tipo de sistemas dentro del marco reglamentario, aportando algo muy importante para el sector de la Protección Contra Incendios (PCI), un marco normativo en el que basarse a la hora de diseñar, calcular, instalar y certificar estos equipos.



Pero, ¿en qué consisten los aerosoles condensados? Estos equipos están formados por un compuesto sólido a base de sales que reacciona ante la acción de un actuador pirotécnico, eléctrico o térmico (en función del fabricante); de manera que se inicia una reacción en cadena exotérmica (se genera temperatura en su interior) que produce una descarga en forma de nube del aerosol, la cual está compuesta por elementos sólidos (del orden de μm) y gaseosos, cuyo tipo, tamaño y proporción varía en función de cada fabricante.



Una vez es descargado el aerosol dentro del espacio protegido, su método de funcionamiento se basa en detener la reacción en cadena del incendio. Así, los iones generados por el aerosol y distribuidos por la estancia, se unen a los radicales libres e inestables del fuego, volviéndolos elementos estables y apagando el incendio.



Antes de continuar, es importante tener presente que los sistemas de extinción de incendios por aerosol condensado son prestacionales, es decir, que su funcionamiento y características serán diferentes según cuál sea el fabricante de los equipos, presentando diferentes cualidades como por ejemplo temperaturas de descarga, tamaño de los equipos, cobertura, eficiencia (ratio sobre la cantidad de agente descargado), concentración de diseño e incluso, en algunos casos, clases de fuego a proteger.



Por este motivo es importante que cada fabricante de sistemas de aerosoles condensados cuente con los certificados que acrediten cada una de las características anteriores para poder realizar un diseño adecuado. Entre todos ellos, cobran especial importancia la concentración de diseño para cada tipo de fuego probado, el grado de eficiencia en la descarga del mismo y las diferentes distancias de seguridad; información que debe estar contenida en el certificado correspondiente.



En este punto surge una nueva pregunta, ¿qué normativas son de aplicación a los aerosoles condensados? Como se ha introducido al principio del texto, los aerosoles condensados están contemplados en el RIPCI, el cual, en su guía de aplicación publicada en el mes de Noviembre de 2017, hace mención al uso de la norma UNE ISO 15779.



No obstante lo anterior, el artículo 5 del RIPCI hace obligatorio que todos los sistemas PCI que sean instalados en España cuenten con un certificado que acredite su idoneidad a la hora de proteger un riesgo, exponiendo en el mismo las diferentes vías para que un producto sea considerado válido.



La primera opción de todas es estar en posesión de un marcado CE, aspecto necesario para todo producto que "esté dentro del ámbito de aplicación de un Reglamento o Directiva Europea y que, en virtud de ello, tienen una norma armonizada" (Guía de aplicación del RIPCI).



 



La otra opción es que disponga de marca de conformidad a norma expedida por ENAC, siempre que exista una normativa de aplicación.



Y, por último, está la posibilidad de poseer un documento de Idoneidad Técnica favorable, siempre que no exista normativa al respecto.



En el caso de los aerosoles condensados, éstos cuentan con normativa que no tiene el carácter de armonizada, por lo que no es posible la obtención del marcado CE, pero si la marca de conformidad a norma, en este caso de acuerdo a la norma UNE ISO 15779 – Sistemas de extinción de Aerosoles Condensados, publicada en Septiembre de 2014



, obligatoria para el diseño, fabricación, instalación y mantenimiento de estos productos en nuestro país.



Además, destacar que recientemente se ha aprobado la norma EN 15276, la cual, en el momento de su publicación, sustituirá a la norma UNE ISO 15779, y pasaría a ser de obligado cumplimiento cuando se actualizara la relación de normas del RIPCI.



Así, el certificado obtenido como resultado de las pruebas de cada una de las anteriores normas incluirá una serie de características sobre los equipos, las cuales serán diferentes para cada fabricante, y que son necesarias conocer y utilizar para realizar un correcto diseño de la instalación.



Las características a destacar son:



·         Distancias de seguridad



Cuál es la mínima distancia para asegurar que la temperatura generada en la activación del aerosol no es perjudicial para las personas o el equipamiento.



Las distancias de seguridad varían para cada fabricante, y dentro de un mismo fabricante, también varían entre los diferentes modelos y tamaños que utilizan el mismo compuesto.



·         Coberturas



La cobertura indica la limitación en distancia y/o área en la que el aerosol es eficaz.



Al igual que la distancia de seguridad, la cobertura varía de un fabricante a otro, además de hacerlo también entre los diferentes modelos de un mismo fabricante.



·         Eficiencia de la descarga



Del total de producto que tiene el aerosol, ¿cuánto es descargado realmente?.



·         Tiempo de vida útil



Cada fabricante determinará el tiempo de vida útil de sus equipos en función de las características de cada uno de ellos, variando entre los 5 y los 15 años de vida útil, periodo tras el cual debe ser sustituido el equipo.



·         Densidad de aplicación



Se deben conocer dos tipos de densidad de aplicación, la densidad de aplicación de diseño y la densidad de aplicación de extinción, ambas son calculadas en gramos por m3 a utilizar para cada tipo de fuego.



La densidad de extinción nos indica la masa mínima eficaz de aerosol descargado por unidad de volumen que ha sido probada para la extinción de una clase de fuego determinada, aquí se debe tener en cuenta el factor de eficiencia del generador de aerosol que se usará.



Por su parte, la densidad de diseño es la densidad de extinción más un un factor de seguridad que varía entre las diferentes normas requerida para realizar el diseño del sistema.



 



Las normas UNE ISO 15779 y EN 15276 son calculadas a partir de la cantidad efectiva de agente descargado, la fórmula es: 



 



Donde:



◦     Q es la cantidad en gramos de aerosol necesaria para proteger un riesgo.



◦     V es el volumen en m³ de la sala a proteger, sin descontar ningún elemento en su interior, a excepción de elementos estructurales.



◦     D es la densidad de diseño probada y certificada para cada norma y clase de fuego, incluyendo el factor de seguridad, indicada en g/m³.



◦      



Dejando a un lado los aspectos normativos, los aerosoles condensados son una alternativa dentro de los equipos de Protección Contra Incendios, presentando ventajas a la hora de su utilización:



·         Sin presión



Los equipos instalados para la protección del riesgo no presentan ningún tipo de presión, facilitando así su transporte por cualquier medio, ya sea marítimo, terrestre o aéreo.



·         Reducción del espacio necesario para su instalación



Los equipos son instalados directamente en la sala a proteger, en zonas elevadas de la misma, lo que permite utilizar todo el espacio disponible para el negocio del cliente.



·         Reducción de los costes de instalación



Los aerosoles condensados no requieren tubería, por lo que su instalación y mantenimiento no es necesario.



·         Respetuoso con el medio ambiente



Los aerosoles condensados están libres de CFC y HFC, por lo que su utilización no agota la capa de ozono y tampoco contribuye al calentamiento atmosférico.



 



·                     



 



Aunque, no debemos dejar de lado las limitaciones del sistema que se deben considerar cuando se realiza un diseño o instalación de estos productos. Estos aspectos varían entre los diferentes fabricantes, por lo que se debe solicitar dicha información a cada uno de ellos para poder utilizar estos productos de manera adecuada.



·         Temperatura generada



Los sistemas de aerosol generan una elevada temperatura en el interior del mismo como parte de la activación de los equipos, la cual es posible que se propague al exterior del equipo en igual o menor cuantía, aspecto que varía de un fabricante a otro y de un modelo a otro dentro de un mismo fabricante.



Así, las distancias de seguridad, comentadas anteriormente, son determinadas en función de la longitud a la que se producen las siguientes temperaturas:



◦     400ºC – Distancia de seguridad a elementos no combustibles (ISO 15779) o elementos estructurales (EN 15276)



◦     200ºC – Distancia de seguridad a elementos combustibles



◦     75ºC – Distancia de seguridad a las personas. La altura libre para esta temperatura debe ser de, al menos, 1,8 m



Es crucial manejar correctamente esta temperatura para que se eviten llamas o desperfectos en el equipamiento o la estructura del lugar protegido, así como evitar problemas en las personas.



·         Residuos



Los sistemas de aerosoles condensados generan gas y micropartículas, elementos que están en suspensión durante la descarga, extinción y periodo posterior a la extinción (al menos 10 minutos), los cuales se depositarán en las superficies y el equipamiento.



Así, tras la ventilación del espacio será recomendable realizar una limpieza de estas partículas, lo más rápidamente posible, que ayudará a evitar



desperfectos en el equipamiento protegido. Se deben seguir las indicaciones de cada fabricante para eliminar las mismas correctamente.



 



Se deben tener en cuenta los posibles efectos de corrosión provocados por la partículas depositadas en las superficies. Es importante hacer notar que los residuos son variables en tipo, tamaño y cantidad entre los diferentes fabricantes.



·         Efectos sobre las personas



Las diferentes normativas presentadas incluyen la necesidad de realizar ensayos de toxicidad para poder determinar la posibilidad o no de uso en áreas ocupadas, o que puedan ser ocupadas, de cada fabricante de aerosol condensado.



Los productos generados tras la activación del aerosol condensado pueden producir niveles de toxicidad e irritación debidos a diferentes sustancias generadas durante la activación, tanto gaseosas como micropartículas sólidas, que deben ser identificadas por cada fabricante, además de indicar los niveles máximos de exposición a los mismos para las personas, todo ello soportado por medio de ensayos de laboratorio apropiados.



·         Reducción de la visibilidad



La activación de estos agentes provoca una nube de densidad variable que impide una adecuación visión hasta que se produzca la ventilación o se depositen las partículas sólidas sobre las superficies, lo cual dificulta la evacuación de las personas y la entrada de los servicios de emergencia.



Los aerosoles condensados son una opción más como sistema de PCI, aportando una serie de ventajas y limitaciones que se tendrán que evaluar para determinar su idoneidad en cada caso, siendo requisito en España en estos momentos la conformidad a norma UNE ISO 15779



Aunque, como siempre ocurre, cada riesgo y cada proyecto traen consigo unas necesidades concretas, ahora es tarea del profesional de Protección Contra Incendios encontrar y ofrecer la mejor solución certificada para la protección de cada riesgo.



*El sistema de extinción mediante aerosoles condensados está indicado en centros de telecomunicaciones, salas de máquinas marítimas, estaciones repetidoras, almacenamiento de líquido inflamable y/o material peligroso, centros de procesamiento de datos y aquellos que conllevan un considerable riesgo industrial.



    

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