Notas informativas

Alto nivel profesional en la Mesa Redonda Detección, donde se apuntaron soluciones para “Hogares seguros frente a los incendios. Víctimas Cero”

30/10/2023

Variedad de soluciones y un alto nivel profesional han marcado la Mesa Redonda de Detección que TECNIFUEGO, Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios, organiza anualmente. “Hogares seguros frente a los incendios. Víctimas Cero” ha sido el lema de la jornada que se ha celebrado en la sede del Colegio de Enginyers Graduats i Enginyers Técnics Industrials de Barcelona.

Laia Liébana, presidenta de la Comisión de Seguridad contra Incendios i Emergencias, del Colegio, dio la bienvenida a los asistentes y comentó la necesidad de este tipo de jornadas que ponen de manifiesto la voluntad de mejorar la seguridad frente a los incendios en los hogares”. Laia recordó las cifras de 2021 que “revelan que 152 personas murieron en incendio de vivienda, o lo que vendría a ser lo mismo, aproximadamente una persona cada dos días”.

A continuación, dio paso a Lluis Marín, coordinador Comité Sectorial de Fabricantes de Equipos de Detección de TECNIFUEGO, que presentó la campaña iniciada hace unos meses por la Asociación con el “objetivo #VíctimasCero”: “se trata de un paradigma con el que se quiere trasladar una misión ambiciosa a la sociedad y a los profesionales en general, el trabajar hacia ese objetivo de víctimas cero por incendio”.

Lluis Marín analizó la situación en nuestro país, mostrando ejemplos de grandes incendios. Por un lado, insistió en la necesidad de modificar la legislación en España en consonancia con las legislaciones de otros países europeos, como Inglaterra, Alemania, Francia o Países Bajos. Y por otro, añadió el factor envejecimiento de la población, que la hace más vulnerable ante un incendio.  “Si además nos fijamos en el parque de viviendas antiguas, y los cambios que se producen en los riesgos:  muchos aparatos electrónicos que utilizan baterías o los nuevos dispositivos de micromobilidad, que provocan conatos de incendio, observamos claramente la necesidad de un cambio en la legislación, que recoja la instalación de equipos de protección contra incendios”. Igualmente se hace necesario un cambio en la mentalidad que ponga especial atención a la prevención. Otro factor a tener en cuenta, añadió Lluis Marín, es el de la retroactividad: “La legislación no afecta al parque antiguo de las viviendas”.

 

Marín alertó de las carencias de la legislación española en este sentido, “mientras que en un buen número de países de la unión europea se ha regulado el uso de detección de incendios en el interior de la vivienda. En el sur y el este de Europa no está regulado (Austria, Chequia, Alemania, Reino Unido, Irlanda, Holanda, Bélgica, Francia, Dinamarca, Lituania, Letonia, Estonia, Noruega, Suecia, Finlandia). Debemos tender al mismo objetivo de los países punteros para proteger nuestras viviendas”.

 

En este sentido, Neus Aragonès, gerente del Colegio de administradores de fincas de Barcelona i Lleida, recomendó que leyes como la de la vivienda puedan incidir en que el parque de viviendas ya construidas mejore con alternativas que se implementen para reforzar la PCI.

Por su parte, Mariano de Leonardo, miembro del Comité de Ingeniería, Instalación y Mantenimiento de TECNIFUEGO, insistió en la falta de concienciación y que en numerosas comunidades de vecinos no hay sistemas de PCI instalados, y cuando sí los hay es importante informar sobre cómo funcionan. “Es imprescindible saber manejar los equipos de PCI… sin embargo, en muchas fincas no hay ni extintores. Por ello, veo imprescindible ir mentalizando a todo el mundo, y que el presidente de la comunidad sepa las responsabilidades que contrae”.

Otros aspectos que se deben mejorar, según matizó Mariano de Leonardo, es la instalación generalizada de detección, el mantenimiento y la gestión del sistema: “en general, no se instala detección, solo en edificios en altura y en parking. Respecto al mantenimiento está el problema de la privacidad y la complejidad de entrar en las viviendas o en los trasteros. Y en cuanto a gestión del sistema, se deben atender los paneles que nos conducen al lugar donde se da la alarma”.

 “Yo veo fundamental concienciar al usuario de que los sistemas de detección son muy fáciles de usar, y donde estén instalados atender y gestionar adecuadamente las alarmas. Otra cosa es el parque de viviendas en zonas más desfavorecidas, ahí financiar la instalación de detección por parte de las autoridades debe ser una prioridad”, matizó De Leonardo.

Carles Noguera, jefe del Servicio de Prevención, de la Generalitat de Cataluña, por su parte, planteó la necesidad de que el sistema verifique las alarmas, para que al servicio de Bomberos solo entren alarmas verificadas.  “Desde el Ministerio se ha planteado un grupo de trabajo, liderado por TECNIFUEGO, y otro que incluye todas las CCAA. Ahora estamos intentando resolver cómo podemos hacer mantenimiento de un sistema de detección en una vivienda. La tecnología actual puede hacer resolver en este sentido”.

Noguera adelantó que todos los implicados “estamos de acuerdo en proteger las viviendas con detección”. Igualmente insistió en la importancia de la divulgación, “debemos insistir y explicar a los ciudadanos las ventajas que supone instalar detección. Ahí es donde está el margen de mejora en la protección real de una vivienda. Para divulgar esta iniciativa, los colegios de administradores de fincas pueden ser los catalizadores de estas recomendaciones”. Por ello, para Noguera es tan importante la participación de todos los organismos en la sensibilización sobre la protección contra incendios que consiga movilizar a la sociedad en general.

En opinión de Víctor Molinet, jefe de la Unidad de Normativa y Prestacional, Ayuntamiento de Barcelona, quien tiene que aprender cómo funciona un detector y su debido mantenimiento es el usuario. “Hay que hacer mucha divulgación para que el usuario sepa qué hacer en caso de incendio, para qué sirve un detector, etc.”.

Molinet planteó tres iniciativas para conseguir el objetivo de PCI en vivienda: a corto plazo, obligatoriedad a través de la legislación; a medio y largo plazo, concienciación para un cambio en la cultura de la prevención; y financiar la instalación de detectores en viviendas económicamente vulnerables: “estas tres patas son necesarias para avanzar”, señaló.

Lluis Marín, en este momento, planteó la problemática de que en los edificios más antiguos no se ha tenido en cuenta la regulación por parte del CTE, y la urgencia de resolverlo. Para conseguirlo se deben aunar esfuerzos entre todos. Por ejemplo, dirigiéndose a la responsable de Allianz, preguntó por el papel del seguro en la implementación de detección en vivienda construida: “¿El mundo asegurador se ha planteado que para asegurar una vivienda esté protegida con detectores?”.

Beatriz Martínez del Campo, responsable Oficina de Ingeniería de Prevención, de Allianz, contestó que “esa posibilidad existe”. Con los datos de los incidentes, el sector asegurador analiza el problema y pone la solución, más allá de la normativa. “Por ejemplo, el CTE obliga a instalar detección en edificios de más de 28 m de altura de evacuación, en Allianz lo limitamos a 25 m. Ponemos nuestros propios requisitos a la contratación, teniendo en cuenta la construcción: altura, antigüedad, etcétera.”.

Carles Noguera destacó que, a la hora de plantear mensajes de prevención, todos los edificios pueden tener riesgo, incluidos los edificios nuevos. “Todos tenemos riesgo de incendio -dijo-, también en las segundas residencias, o en edificios nuevos. Debemos hacer un análisis del riesgo, implementando una cobertura básica como es la detección. La divulgación no es suficiente, hay que implementar las medidas de protección activa adecuadas”.

Laia Liébana, por su parte, pidió una reflexión sobre cómo transmitir el mensaje y qué hacer para reducir muertes por incendio en vivienda. Planteó tres iniciativas por segmentos. En vivienda nueva, obligatoriedad de instalar medidas activas de PCI, como un sistema de detección. En vivienda antigua, que la legislación sea retroactiva, y en población más desfavorecida económicamente, la implantación debe correr a cargo de la administración correspondiente.

La siguiente cuestión que surgió en la Mesa fue si la tecnología ayuda en conseguir más seguridad y eficacia, por ejemplo, la función de los detectores puntuales. En este sentido, Antonio Vinuesa, presidente del CTN23/SC·3, donde se trabaja en la normativa de detección, comentó que efectivamente existe tecnología, pero hay que llegar a consensos sobre qué tecnología es la más adecuada y dependiendo para qué tipo de edificio. “Según las estadísticas, los incendios se producen en mayor parte en viviendas de población vulnerable, pero en estos casos un solo detector por vivienda no sirve para proteger, y luego está el apartado del mantenimiento: quién mantiene el detector. Esto no es un camino perfecto, y hay que ir por partes. En Francia, han optado por obligar a instalar un detector autónomo por vivienda, aunque no es suficiente, algo es algo. En Inglaterra es obligatorio instalar un detector desde 1997, pero tras el incendio en Grenfell se exigió un cambio en la legislación”.

Vinuesa aseguró que la tecnología actual presenta muchas soluciones, pero el problema viene por la propiedad, y en este sentido es importante que la gente sepa quién es el responsable en una finca, y poder acceder al interior de la vivienda. “Por ello, es imprescindible la colaboración de la administración para hacer obligatorias algunas medidas de seguridad”. Se debe instalar detección eficiente en la comunidad, un sistema de detección centralizado y conectado que notifique las incidencias a una central y también al exterior, a una CRA. Primero en zonas comunes, como trasteros, descansillos, aparcamiento, y después pasar a la vivienda, donde también se debe instalar protección integral -no un solo detector autónomo-, y todo ello bajo la revisión de un profesional.

Lluis Marín planteó cómo conseguir esta protección y cómo lo explicamos al usuario y a la administración, teniendo en cuenta que aún no existe normativa.

Antonio Vinuesa se decantó por realizar un catálogo de soluciones de detección y notificación que recoja diversidad de casuística, para que la administración pueda elegir, según tipologías de los edificios, de alto, medio o bajo riesgo y proteger así según el riesgo.

Beatriz Martínez de Allianz comentó que la detección no apaga incendios, “la detección no vale si no hay un procedimiento o si salta la alarma y no se sabe qué hacer. Por ello yo creo que la protección debe ser integral, instalando también otros sistemas, como la extinción automática, los rociadores, que en otros países sí están legislados. Hay que empezar por la detección, pero hay que ir más allá”, enfatizó.

Carles Noguera añadió que se deben identificar los colectivos de riesgo, como es el caso de los mayores, “cuando analizamos los datos de incendios, vemos que la mayoría son personas de más de 65 años. Es bueno conocerlo porque así se dirige el mensaje para llegar a esta población, por ejemplo, a través de los servicios de teleasistencia”. Noguera explicó que están en contacto con empresas de teleasistencia para explicarles los beneficios de la detección y la necesidad de instalarla. “De hecho, sabemos que hay personas que van al domicilio para valorar la situación del anciano, revisando también si hay detectores y el mantenimiento de los mismos”. Esta es la vía en la que Bomberos de la Generalitat está trabajando. Así, empezaron a explicar a los servicios de teleasistencia y a la diputación que es quien paga el servicio la necesidad de instalar detección y que ésta vaya ligada al botón “medallita” que llevan los ancianos. Con este procedimiento ya se han instalado más de 15.000 detectores en 2022 “pero hay que afinar para evitar las falsas alarmas, pasar un análisis previo a través de estos avisos de teleasistencia conectada”.

Noguera insistió en que hay que adaptarse al riesgo, “para la mayoría instalar un detector de humo ya es suficiente, un ciudadano medio, saltará de la cama y huirá. Pero una persona mayor quizá necesite otra tecnología conectada a una CRA. Hay que adaptar a cada colectivo, en colaboración con las entidades que ya están haciendo la labor de teleasistencia”.

Laia Liébana quiso remarcar la necesidad de dar formación para saber qué hacer cuando el detector suene. Por otro lado, le preocupa los costes de la detección y más si el sistema está conectado. Sobre el uso de rociadores comentó que se trata de “un buen horizonte al que hay que ir caminando”. También expuso la necesidad de concienciar en relación con el mantenimiento y cuidado de los equipos. “Cuando se regule a nivel estatal habrá esperanza. Y poco a poco la concienciación será más amplia, hasta que el propio desarrollo del mercado genere más y más información. Implementación, concienciación y formación son pilares en los que apoyarse para ir desarrollando la protección. Mención aparte merece la población en riesgo de pobreza, tenemos que conseguir llegar también a estos hogares, y tendrá que ser a través de ayudas estatales”.

Tras las exposiciones, la mesa redonda se abrió a las preguntas de la sala. Por ejemplo, la conectividad y qué soluciones hay en el caso de la teleasistencia conectada a telefónica, cuando cada vez menos gente mantiene la línea telefónica fija, o si se da un corte eléctrico que apaga el módem o se va la luz de la central de alarmas.

Mariano de Leonardo comentó que se utiliza internet y tarjeta GSM “hay equipos con baterías, tarjetas, etc. hay soluciones, pero hay que tener recursos para instalarlos”.

Otra cuestión que surgió entre los profesionales asitentes es la relativa a qué modelo en detección en viviendas elegir y que hay que hacer para adaptarla al interior de las viviendas.

Antonio Vinuesa se decantó por un sistema de detección profesional, y conectado, “sin dudas, la profesional siempre tiene más herramientas para gestionar situaciones complicadas”.

Las actuaciones de los vecinos en caso de incendio fue otro de los temas debatidos.

Victor Molinet comentó qué hacer en casa si se da un incendio por la noche, “si es en tu casa, sales. Pero si es en la finca, te tienes que encerrar. Es fácil, si es en casa, te vas, si es fuera de casa, te confinas.”

Por su parte, Carles Noguera recalcó que en caso de edificio de viviendas, primero hay que asegurar a las personas, comprobar que no hay nadie en la escalera, entrar en la vivienda afectada y extinguir. Los vecinos de otras plantas que se queden en casa. “Se hace una revisión rápida, comprobar que estén todas las puertas cerradas, que las viviendas no afectadas han realizado el confinamiento y atajar el foco. Si hay que evacuar serán los bomberos quienes lo digan y en ese caso serán los que acompañen en la evacuación”.

Lluis Marin recordó que la tecnología y los productos de PCI están ahí, al alcance de todos; jurídicamente, la responsabilidad es de la comunidad, pero hay una circunstancia que no se debe olvidar y es la falta de formación. En una comunidad, ¿quién sabe manejar un extintor?, se preguntó. “Creo que se debería incidir en esto, en formar e informar a los residentes y propietarios. Se puede llegar a través de las entidades que están representadas en esta mesa, administradores de fincas, bomberos, seguros, colegio de ingenieros, …”.

Victor Molinet añadió que el hecho de que haya legislación ayuda, “siempre tiene que haber una responsabilidad personal, por ejemplo, si tienes un detector debe funcionar. El sistema jurídico francés pasa la responsabilidad a cada persona en cada vivienda. Si es obligatorio, deberás enterarte de cómo funciona”. Para paliar el desconocimiento y dificultad en los mayores en entender estos aspectos recurrimos a formar a la gente joven o de mediana edad que aprenden rápido. A través de ellos conseguimos que lo instalen a sus abuelos, a sus padres. Es una manera de frenar esa barrera tecnológica”.

Carles Noguera por su parte recordó que los cambios no van a ser inmediatos, “hay que ir poco a poco, primero instalar un detector y luego ir más allá. Por ejemplo, con el mensaje de confinamiento en caso de incendio, yo creo que está calando. Es un mensaje que hace 10 años lo decíamos y no se entendía, pero ahora ya se entiende. Nos queda camino por recorrer, pero todos en nuestro ámbito debemos estar alineados”.

Beatriz Martínez estuvo de acuerdo y añadió que la formación debe partir desde los colegios, “enseñar qué es un incendio y cómo comportarse. Es importante que entre todos concienciemos, que se trata de un riesgo real y es aconsejable la autoprotección”.

En este sentido Laia Liébana recordó el nuevo riesgo de incendio que suponen los patinetes, y que se debería informar sobre cuando cargar las baterías, no dejarlo cargando de noche, ni en la escalera o zonas comunes, no tapar las salidas, con qué se apaga mejor el fuego…, pero sobre todo prevenir.

En la sala surgió la consulta del coste que supondría a una vivienda adecuarse a una normativa retroactiva, y revisar por ejemplo la altura de un extintor para que sea accesible a las personas mayores o promover el cambio de las instalaciones eléctricas antiguas, etcétera.

Mariano de Leonardo se mostró de acuerdo “en seguridad las normas deben ser retroactivas. Por nuestro carácter lo obligatorio es más eficaz que lo voluntario”.

Victor Molinet añadió que, en el aspecto de evacuación y protección pasiva,  en vivienda, la normativa está bastante actualizada, pero en la implementación de los sistemas de protección activa “vamos por detrás”. Insistió en que lógicamente un edificio construido hace 70 años no tiene las características que exige hoy día el CTE, pero hacerlo retroactivo es complicado, por ello a través de ordenanzas municipales se pueden reforzar los requisitos”.

Para Laia Liebana el coste de instalar PCI es insignificante si lo comparas con  la pérdida de una vida, “cuando pierdes a un ser querido en un incendio, no te planteas el coste que puede tener instalar medidas de PCI porque son cantidades insignificantes”.

Lluis Marín igualmente defendió que la inversión en un sistema de detección no es significativa, en vivienda nueva o antigua, partiendo de distintas opciones detección, EN54 o detectores domésticos con batería de litio, “es una dotación muy barata que y aporta una gran protección.” En cuanto a la retroactividad, es probable que a priori sea una dificultad, no obstante algunos ministerios como el de Interior han aplicado antes medidas retroactivas, ¿porque no iba a ser posible para el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana?

Desde la sala se lanzó una reflexión al estrado: la administración tiene recursos, pero hay inactividad, “las campañas que hemos hecho al usuario final, éste lo percibe como comerciales. Por ello, es tan importante tener el apoyo de la administración que explique a la población que la PCI es cosa de todos. En este sentido, hay ejemplos muy válidos como es el de las bajas emisiones, se ha hecho campaña en todas partes, y la gente lo percibe como una información útil”, añadió un asistente profesional.

Conclusiones

Finalizadas las intervenciones, Lluis Marín dio paso a las principales conclusiones de la mesa redonda:

  • Hay antecedentes normativos. Existe una amplia regulación en los países europeos cercanos.
  • Existen medios técnicos para lograr la protección.
  • En España, falta normativa, y que se desarrolle en diferentes ámbitos: técnico, jurídico, de instalación…
  • Se ha constituido un grupo de trabajo en UNE para desarrollar una norma de aplicación para vivienda.
  • Podemos llegar al usuario por diferentes vías, una de ellas y muy importante es a través de los presidentes de las comunidades de vecinos y los administradores de fincas, que trasladen quienes son los responsables en caso de incendio y que medidas hay para paliarlo. Otro colectivo importante para llegar al usuario anciano son los servicios de teleasistencia.
  • La concienciación y la formación son imprescindibles. Hay que saber cómo protegerse, y empezar imponiendo la detección de humos.
  • El sector asegurador juega un importante papel a la hora de tramitar una póliza puede exigir ir más allá, condicionar el contrato según la instalación de PCI activa
  • Es necesario el mantenimiento. Si se hace una instalación, se debe mantener. Los sistemas tienen que estar en perfectas condiciones y conectados. Si el sistema no se mantiene, pierde eficacia.
  • Hay que realizar un planteamiento holístico, verlo desde todas estas partes.
  • Una vez se legisle, hay que intentar que la legislación sea retroactiva.

Foto, de izquierda a derecha: 1 Antonio Vinuesa, presidente del CTN23/SC·3. 2 Beatriz Martínez del Campo, responsable Oficina de Ingeniería de Prevención, ALLIANZ. 3 Laia Liébana, presidenta de la Comisión de Seguridad contra Incendios i Emergencias, Colegio de Ingenieros Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales de Barcelona. 4 Neus Aragonès, gerente del Colegio de administradores de fincas de Barcelona i Lleida. 5 Víctor Molinet Coll, jefe de la Unidad de Normativa y Prestacional, Ayuntamiento de Barcelona. 6 Carles Noguera, jefe del Servicio de Prevención, Generalitat Cataluña; 7 Mariano de Leonardo, miembro del Comité de Ingeniería, Instalación y Mantenimiento de TECNIFUEGO. 8 Lluis Marín, coordinador del Comité de Fabricantes de Detección de TECNIFUEGO

 

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